Tarde pero sincera al fin, corresponden algunos comentarios
sobre la tira que Telefé emitió, producida por Ortega y Cullel, en 2013. Sobre
todo teniendo en cuenta la nostalgia que generó entre muchos de los que
vivieron su juventud o adolescencia en los años ochenta.
Cabe destacar que es una comedia, como sus productores todo el tiempo plantearon. Pero en ese amparo, la comedia no quiso mostrar lo que realmente fueron los ochenta.
Cabe destacar que es una comedia, como sus productores todo el tiempo plantearon. Pero en ese amparo, la comedia no quiso mostrar lo que realmente fueron los ochenta.
Para empezar, Graduados no mostró (o no quiso mostrar) que
la clase media e incluso la clase media alta (a donde pertenecen varios de los
personajes protagónicos) en los ochenta (y hasta bien entrados los noventa),
mandaba a sus hijos a la escuela pública. Y se enorgullecía del ascenso social
que esta podía generar en sus hijos. Graduados prefirió representar a los
estudiantes ochentosos como una caricatura de la caricatura Porkys.
Graduados no mostró (o no quiso mostrar) que en un gran porcentaje,
los estudiantes de esa década estuvieron politizados, atravesados por la herida
de la guerra de Malvinas, la transición a la democracia o las pasiones que
despertaba Alfonsín en los sectores juveniles.
Graduados no mostró (o no quiso mostrar) que la década del
ochenta estuvo atravesada por el fin de la guerra fría y los temores sociales
que esta generaba, incluso en la escuela o en los consumos culturales.
Graduados no mostró que hubo unos señores que decidieron
enjuiciar a los malos. Que tuvieron miedos, temores y, seguramente, hasta se
equivocaron. Pero que se plantaron y pusieron en el banquillo y enjuiciaron al
mal absoluto. Cuando el mal absoluto todavía caminaba soberbio por la calle.
Cuando todavía mataba. Cuando todavía tenía robados a los hijos. Podría haberlo
mostrado en un fotograma que reflejara de costado un televisor. Pero no lo hizo
(ni quiso hacerlo, porque era una comedia).
Hoy uno de esos tipos que se plantaron de frente al mal
absoluto se murió. Lamentablemente una generación de pibes que nacieron en los
noventa ni saben de quien hablamos, entre otras cosas porque Graduados prefirió
quedarse con la versión de la historia que empieza en 2003.
PS: Mientras termino de escribir esto, también leo que murió
Leonard Nimoy. Larga vida y prosperidad para los buenos, porque alguna vez
también ganan.
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