Del arcón de los recuerdos, esta nota la preparé para Radio UBA, en 2012.
Fernando Savater, además de escribir libros de
filosofía para difundir entre los jóvenes los valores de la ética, es también
un escritor ecléctico, que así como puede agendar una gira promocional de sus
libros en función de que carrera de caballos se esté corriendo en la ciudad a
visitar, puede remitirnos a nuestros sueños de niños o jóvenes a partir de “La
infancia recuperada” un libro de 1976, para volver a combatir junto a Sandokan,
huir de un velocirraptor o llevarnos a recorrer la tierra media junto a Gandalf
y sus amigos. O clasificar a los villanos según su peligrosidad en Malos y
Malditos.
Savater nos recuerda en estos libros la magia que
sentíamos cuando siendo niños, recibíamos con pasión las revistas de súper
héroes que editaba “Ediciones recreativas” de México. Con pasión y a cuenta
gotas, incluso para mi, que mi padre tenía una parada de diarios. Era muy
difícil, casi imposible entonces, tener continuidad de las historias. De todas
maneras, poco a poco, fuimos armando la historia de Superman, el súper héroe
más referenciado de la historia del comic.
Sin embargo, la imagen perfecta, casi naif, que
pudimos tener de Kal El, el último sobreviviente de Kripton, la perdimos años
después, a principios de la década del 90, cuando DC Comics, (hoy una empresa
de Warner Broders) decide matarlo en manos de Doomdsday, un villano extra
terrestre creado a tal fin. La muerte de Superman fue una de las historietas más
vendidas en la historia del comic. Seguramente ese éxito de ventas fue lo que
llevó a los directivos de la DC a dejar hemipléjico por esa misma época a
Batman, uno de los pocos súper héroes sin poderes, en manos del villano Bale.
Héroe o Súper Héroe, esa es la cuestión
diálectica. Superman es hoy el arquetipo del súper héroe, vuela, tiene visión
de rayos x, atraviesa paredes de hormigón con sus puños y, según la versión o
el universo que se esté desarrollando, está casado felizmente con Luisa Lane (o
al menos es su amante). Además, se toma su tiempo para renunciar a El Planeta y
abrir su propio blog, de acuerdo a las últimas tendencias del periodismo
independiente.
Si bien el tema de las dimensiones da para una
columna aparte, y no somos especialistas en comics, la serie Crisis, de la
década del 80, intentó poner un poco de orden entre todos los personajes
(buenos y malos) que pululaban por las distintas revistas del grupo.
Pero Superman nació como héroe y no como Súper
Héroe. Hizo su primer aparición en 1938, casi de casualidad y cuando sus
creadores, Jerry Sigel y Joe Shuster habían sido rechazados por muchas
publicaciones. Incluso, en 1932 llegan a producir su propia revista “Science
Fiction” que cierran en 1933 después del número 5. Recién sería la tercer
versión del héroe (primero fue un vagabundo que adquiere superpoderes, después
un simple hombre forzudo) en 1934 la que sobreviría a nuestros días. Sin
embargo seguirían los rechazos hasta 1938 cuando un editor de National estaba
buscando un personaje para un nuevo comic book llamado Actions Comics. Ese
editor era Vin Sullivan y había detectado el potencial del personaje que se
haría cada vez más famoso, no ya a partir de las revistas, sino de las tiras en
los diarios de todo USA.
La introducción viene a cuento porque hace unos
meses se publicaron (a través de Clarín) las 100 primeras historietas de
Superman. Y nos encontramos con un personaje alejado del que estamos
acostumbrados, de ahí que lo ubiquemos en el panteón de los héroes. Si
bien es un hombre llegado de Kripton, planeta que estalla por el mal uso de la
ciencia que hacen sus habitantes, es un personaje egoísta, que no duda en
competir por una primicia periodística Luisa Lane, machista en este sentido (al
igual que su jefe, Perry Mason), ya que solo le importa que Luisa le de bola
para salir a tomar unos tragos. Que si tiene que matar a un malhechor lo hace,
o si lo tiene que entregar a la justicia para ir a la silla eléctrica también.
Es más humano que extraterrestre, con todas las muestras de humanidad que
puedan conocerse. Incluso especula en la bolsa de valores, solo que con el fin
de poder adquirir un hogar de niños que esta a punto de ser expropiado.
En otras ocasiones se encargará de romper los
lazos entre la policía y la mafia, o incendiar todos los barrios bajos de la
ciudad para que el municipio tenga que reconstruirlos y generar trabajo a los
obreros (keynesianismo básico). Incluso llega a dejar atrapados en una mina a
los dueños de la misma para que estos entiendan los problemas de los mineros y
sus condiciones de trabajo.
Un personaje difícil, que con los años convive
con una leyenda negra, ya que quienes lo interpretaron en cine no pudieron
continuar su carrera (o porque fracasó estrepitosamente el actor o porque
sufrieron terribles accidentes como Christopher Reeves, que quedó parapléjico
después de una caída de su caballo).
Más cercano al héroe mortal que puede ser Batman,
quien si bien siempre se mantuvo en los márgenes de la ley, no tienen súper
poderes y se vale solo de su fuerza.
Al Superman originario podríamos poner en un
podio, junto a Batman y a otro héroe clásico de las historietas, Asterix, el
galo que resiste junto a su aldea al imperio romano, y con quien se viera
forzado a negociar hasta el mismísimo Julio Cesar.
Podemos sostener que este tipo de héroe tiene un
problema recurrente, su relación con las mujeres, su imposibilidad de tener una
pareja estable. Recién cuando el personaje se aburguese en el caso de Clark
Kent, Luisa Lane le dará bolilla. En cambio el que surgue de las primeras
historietas (que ya en el número 4 vendía 200000 ejemplares) es solitario y no
consigue nunca una cita. En esos primeros números Luisa es una chica feminista.
Adelantada a su época, como la modelo que la inspiro (quien luego se casaría
con J. Siegel el guionista del personaje).
Este tipo de héroes vamos a encontrar también en
la historieta argentina. No corresponde ubicarlos en la categoría de comics,
pero esa gran usina de historietas que fue Editorial Columba (con Robin Wood y
Lucho Olivera a la cabeza) crearon un sinnúmero de personajes que en las
décadas del 60 al 70 hicieron de la aventura un entretenimiento sin fin: Dago,
que llega a poner en caja al mismisimo Conde Drácula histótrico, Nippur de
Lagash, que fuese lugarteniente del gran Alejandro Magno,* Mark, una especie de
Rambo que combate en una tierra arrasada a los mutantes que sobreviven a una
hecatombe nuclear junto a su inseparable lugarteniente Hawk (que lucha
contra su propia conversión en mutante), o el mismisimo Gilgamesh, que desde los
albores de la historia también deambula por una tierra arrasada, como en Hill
Smith en Soy Leyenda.
En ese sentido, el más grande personaje de
historieta local, el Eternauta, creado por Hector Oesterheld y Solano López, es
el arquetipo del héroe solitario, que incluso no duda en sacrificar a su
familia en función de reconstruir una sociedad mejor.
Del arcón de los recuerdos, recuperamos hoy los
personajes de historieta, las que nos acompañaron desde chicos y a las que les
damos una merecida y cariñosa entidad literaria.
* Fe de erratas gracias a mi amigo Sergius M.: El
que fué lugarteniente de Alejandro Magno fue Argón, el protagonista de
la historieta "Argón, de Macedonia". Nippur es cronológicamente más
antiguo. De la época de Teseo y el Minotauro. Nippur peleó como general o
aliado junto a Sargón de Akad.
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