Alfonsín, Raúl, fue un tipo moderno. En 1983. Un adelantado a su tiempo. Alguien que en una sociedad harta recreo un discurso pacificador. Un tipo que supo leer su electorado o, al menos a donde quería ir esa sociedad. No ganó por los votos peronistas del conurbano, como se cree, sinó por el de las mujeres y el de los jubilados (hasta hace un par de elecciones se podía diferenciar el voto femenino del masculino, ahora ridículamente no). No ganó por el cajón de Herminio, un tipo que la historia y el mismo radicalismo poco a poco va a ir reivindicando (Uno de los pocos peronistas que junto a Alfonsín firmaba las solicitadas por los DDHH durante la dictadura).
El radicalismo de la provincia de Buenos Aires todavia está colgado en ese discurso. No estaría mal si estuviésemos en 1985 o 1987. Pero estamos en 2013. Pasaron 30 años. Esas mujeres de entonces ya no votan, y esos viejos jubilados, lo siento, pero están muertos. El electorado del interior aún se mantiene fiel, gracias al esfuerzo de algunos intendentes que entienden un poco más las ideas de su electorado. Primer punto polémico, el electorado radical de la provincia existe, sólo que vota a otro que circunstancialmente se le parece, sea De Narváez o Massa, o incluso Scioli. Vota a quien no le parece peronista, aunque lo sea. El electorado radical de la PBA no es garantista. Le importan poco las leyes que garantizan el derecho de los "presos". Quieren que los delincuentes (no solo los de guantes blancos) vayan presos. Y va a votar a quien lo prometa (no importa si después lo cumple). Recuerdo un pase de factura de una convención radical de la PBA en 1985 (cuando aún no se había lanzado el plan austral), muchos convencionales puteaban por el 2x1 que había reducido las condenas en función de los años que se había pasado tras las rejas durante la dictadura.
Párrafo aparte merece la dirigencia. Ayer leí, no recuerdo a quien, decir que si el PRO de capital se peroniza, el electorado radical retorna a opciones radicales. El problema es que en la PBA el que se peronsiza desde hace decadas es el radicalismo, complice de cogobernar con el PJ desde 1987. A la vez la opción Massa da moderna, blanquita (diría D'Elía), prolija, etc. Y eso lo hace apetecible para el voto gorila.
Hace un par de semanas planteo que hay que gorilizar el discurso. No soy quien para decirlo, ni siquiera voto en la provincia, aunque viví 11 años allí y toda la escuela pública lo hice en ese distrito. Es sencillo los primeros en sufrir el peronismo y sus formas son los habitantes de ese distrito. Si siguen votando ese signo partidario con distinto lema, es porque nadie le ofrece otra cosa. Es impericia pura. Las escuelas se derrumban, los hospitales también y ni que decir como se viaja. No vi en campaña una sola visita de Stolbizer o Alfonsín a meterse en esos lugares. Me pregunto, donde quedó aquella leyenda de que Moreau manejaba una parte de La Cava y la otra la manejaba Posse. Hoy no manejan ni la calesita de la esquina.
Este verano visité Chascomús. Podría ser Ciudad Alfonsín (allí todo es Alfonsín: la concesionaria de autos, el corralón de materiales y la farmacia). Pero claro, la gobierna un radical. Entonces ocultamos las cosas. Solo una estatua frente a la laguna. No hay leyenda, no hay placa que diga "acá tomaba café Alfonsín" en el bar del pueblo (aunque sea mentira). La placa principal de la casa del ex presidente señala que allí se formaron los "Libres del sur", un grupo de antirosistas que fue asesinado por la mazorca antes siquiera que pudieran actuar contra el primer dictador que tuvo este país. Básicamente no hay relato. No existe "El paseo de la Democracia", no vi el comite de distrito, pero seguramente esta derruido. Me imagino tipos como Massa como intendentes de esa ciudad, se haría un festín (lo primero que hizo el tigrense cuando asumió fue homenajear al anterior intendente vecinalista de su disrito, fallecido hacía poco).
Sin relato, sin entender el electorado, sin renovación, no habrá futuro para el radicalismo.
Solo una comparación con la capital, que pasó desapercibida pero que en los próximos meses se hará visible, la lista joven radical le ganó a la de los viejos dirigentes. Basicamente Juan Nosiglia le ganó a Coti y a Jesús (ojo, estos pusieron huevos en las dos canastas).
Recordemos la frase de un viejo caudillo radical de la capital, Sancerni Jiménez, la única línea de renovación real es la que cruza "Flores-Chacarita-Recoleta".
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