martes, 23 de julio de 2013

"¿No será mucho, Almirante?", "Faltará más, Brigadier"...

Hace unos meses acompañe a mi mujer a la Biblioteca Nacional a relevar diarios de los años de la Dictadura para un proyecto de investigación que está desarrollando. El procedimiento es complejo, ya que podés pedir un diario y un mes por vez, con lo cual se hace tedioso y largo. Para acelerar, al ir dos, pedíamos dos diarios a la vez. Ella, mucho más entenada, podía buscar la información que necesitaba en poco tiempo. Yo, fanático del chusmerío histórico, me detenía más de media hora con cada diario.

Dos cosas me llamaron poderosamente la atención. La primera, la falta de digitalización de los medios de nuestro país y la falta de meses completos, con lo que la investigación seria e histórica está bastante fregada hacia el futuro.

La segunda es la que me interesa destacar. Soy de los que creen que durante la Dictadura la política no estuvo abolida (esta afirmación no niega el genocidio ni el desmadre económico), sino que esta pasaba por otros carriles. Basicamente, la política se hacia dentro de la corporación militar. Y esto reflejado sin condicionantes por los medios de comuncación. Es decir, donde hoy se habla de la interna del PJ o de la UCR, en esos años se hablaba de las reuniones del generalato o de las declaraciones del almirante x o del brigadier z. Hasta acá nada nuevo si bien no recordaba esos diarios, los que siempre ojeaba aburrido cuando iba a trabajar a la parada de mi viejo. Una visión actual y rápida de los mismos me hizo refrescar la memoria.

La cuestión viene a cuento porque en los últimos días, el gobierno nos hizo un nuevo favor para refrescar la memoria histórica. Uno más que debemos agradecerle (permitaseme la ironía). Volvimos a poner en los titulares de los medios las internas políticas de las FFAA. Volvimos a reconocer los nombres de los generales o de los almirantes o de los brigadieres. A informarnos sobre los ascensos. A conocer que hay distintos grados en el escalafón y distintas ramas (Ingeniería, caballería, Inteligencia, etc.).

En los últimos años habíamos logrado (tal vez fue una política de estado que sin quererlo todos los gobiernos del 83 hasta ahora llevaron adelante) que no nos interesaran esos temas. Y eso estaba bueno.


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