jueves, 29 de mayo de 2014

Sobre héroes y súper héroes


Del arcón de los recuerdos, esta nota la preparé para Radio UBA, en 2012.


Fernando Savater, además de escribir libros de filosofía para difundir entre los jóvenes los valores de la ética, es también un escritor ecléctico, que así como puede agendar una gira promocional de sus libros en función de que carrera de caballos se esté corriendo en la ciudad a visitar, puede remitirnos a nuestros sueños de niños o jóvenes a partir de “La infancia recuperada” un libro de 1976, para volver a combatir junto a Sandokan, huir de un velocirraptor o llevarnos a recorrer la tierra media junto a Gandalf y sus amigos. O clasificar a los villanos según su peligrosidad en Malos y Malditos.
Savater nos recuerda en estos libros la magia que sentíamos cuando siendo niños, recibíamos con pasión las revistas de súper héroes que editaba “Ediciones recreativas” de México. Con pasión y a cuenta gotas, incluso para mi, que mi padre tenía una parada de diarios. Era muy difícil, casi imposible entonces, tener continuidad de las historias. De todas maneras, poco a poco, fuimos armando la historia de Superman, el súper héroe más referenciado de la historia del comic.
Sin embargo, la imagen perfecta, casi naif, que pudimos tener de Kal El, el último sobreviviente de Kripton, la perdimos años después, a principios de la década del 90, cuando DC Comics, (hoy una empresa de Warner Broders) decide matarlo en manos de Doomdsday, un villano extra terrestre creado a tal fin. La muerte de Superman fue una de las historietas más vendidas en la historia del comic. Seguramente ese éxito de ventas fue lo que llevó a los directivos de la DC a dejar hemipléjico por esa misma época a Batman, uno de los pocos súper héroes sin poderes, en manos del villano Bale.
Héroe o Súper Héroe, esa es la cuestión diálectica. Superman es hoy el arquetipo del súper héroe, vuela, tiene visión de rayos x, atraviesa paredes de hormigón con sus puños y, según la versión o el universo que se esté desarrollando, está casado felizmente con Luisa Lane (o al menos es su amante). Además, se toma su tiempo para renunciar a El Planeta y abrir su propio blog, de acuerdo a las últimas tendencias del periodismo independiente.
Si bien el tema de las dimensiones da para una columna aparte, y no somos especialistas en comics, la serie Crisis, de la década del 80, intentó poner un poco de orden entre todos los personajes (buenos y malos) que pululaban por las distintas revistas del grupo.
Pero Superman nació como héroe y no como Súper Héroe. Hizo su primer aparición en 1938, casi de casualidad y cuando sus creadores, Jerry Sigel y Joe Shuster habían sido rechazados por muchas publicaciones. Incluso, en 1932 llegan a producir su propia revista “Science Fiction” que cierran en 1933 después del número 5. Recién sería la tercer versión del héroe (primero fue un vagabundo que adquiere superpoderes, después un simple hombre forzudo) en 1934 la que sobreviría a nuestros días. Sin embargo seguirían los rechazos hasta 1938 cuando un editor de National estaba buscando un personaje para un nuevo comic book llamado Actions Comics. Ese editor era Vin Sullivan y había detectado el potencial del personaje que se haría cada vez más famoso, no ya a partir de las revistas, sino de las tiras en los diarios de todo USA.
La introducción viene a cuento porque hace unos meses se publicaron (a través de Clarín) las 100 primeras historietas de Superman. Y nos encontramos con un personaje alejado del que estamos acostumbrados, de ahí que lo ubiquemos en el panteón de los  héroes. Si bien es un hombre llegado de Kripton, planeta que estalla por el mal uso de la ciencia que hacen sus habitantes, es un personaje egoísta, que no duda en competir por una primicia periodística Luisa Lane, machista en este sentido (al igual que su jefe, Perry Mason), ya que solo le importa que Luisa le de bola para salir a tomar unos tragos. Que si tiene que matar a un malhechor lo hace, o si lo tiene que entregar a la justicia para ir a la silla eléctrica también. Es más humano que extraterrestre, con todas las muestras de humanidad que puedan conocerse. Incluso especula en la bolsa de valores, solo que con el fin de poder adquirir un hogar de niños que esta a punto de ser expropiado.
En otras ocasiones se encargará de romper los lazos entre la policía y la mafia, o incendiar todos los barrios bajos de la ciudad para que el municipio tenga que reconstruirlos y generar trabajo a los obreros (keynesianismo básico). Incluso llega a dejar atrapados en una mina a los dueños de la misma para que estos entiendan los problemas de los mineros y sus condiciones de trabajo.
Un personaje difícil, que con los años convive con una leyenda negra, ya que quienes lo interpretaron en cine no pudieron continuar su carrera (o porque fracasó estrepitosamente el actor o porque sufrieron terribles accidentes como Christopher Reeves, que quedó parapléjico después de una caída de su caballo).
Más cercano al héroe mortal que puede ser Batman, quien si bien siempre se mantuvo en los márgenes de la ley, no tienen súper poderes y se vale solo de su fuerza.
Al Superman originario podríamos poner en un podio, junto a Batman y a otro héroe clásico de las historietas, Asterix, el galo que resiste junto a su aldea al imperio romano, y con quien se viera forzado a negociar hasta el mismísimo Julio Cesar.
Podemos sostener que este tipo de héroe tiene un problema recurrente, su relación con las mujeres, su imposibilidad de tener una pareja estable. Recién cuando el personaje se aburguese en el caso de Clark Kent, Luisa Lane le dará bolilla. En cambio el que surgue de las primeras historietas (que ya en el número 4 vendía 200000 ejemplares) es solitario y no consigue nunca una cita. En esos primeros números Luisa es una chica feminista. Adelantada a su época, como la modelo que la inspiro (quien luego se casaría con J. Siegel el guionista del personaje).
Este tipo de héroes vamos a encontrar también en la historieta argentina. No corresponde ubicarlos en la categoría de comics, pero esa gran usina de historietas que fue Editorial Columba (con Robin Wood y Lucho Olivera a la cabeza) crearon un sinnúmero de personajes que en las décadas del 60 al 70 hicieron de la aventura un entretenimiento sin fin: Dago, que llega a poner en caja al mismisimo Conde Drácula histótrico, Nippur de Lagash, que fuese lugarteniente del gran Alejandro Magno,* Mark, una especie de Rambo que combate en una tierra arrasada a los mutantes que sobreviven a una hecatombe nuclear junto a  su inseparable lugarteniente Hawk (que lucha contra su propia conversión en mutante), o el mismisimo Gilgamesh, que desde los albores de la historia también deambula por una tierra arrasada, como en Hill Smith en Soy Leyenda.
En ese sentido, el más grande personaje de historieta local, el Eternauta, creado por Hector Oesterheld y Solano López, es el arquetipo del héroe solitario, que incluso no duda en sacrificar a su familia en función de reconstruir una sociedad mejor.
Del arcón de los recuerdos, recuperamos hoy los personajes de historieta, las que nos acompañaron desde chicos y a las que les damos una merecida y cariñosa entidad literaria.


* Fe de erratas gracias a mi amigo Sergius M.: El que fué lugarteniente de Alejandro Magno fue Argón, el protagonista de la historieta "Argón, de Macedonia". Nippur es cronológicamente más antiguo. De la época de Teseo y el Minotauro. Nippur peleó como general o aliado junto a Sargón de Akad.

sábado, 24 de mayo de 2014

Mundo Loco 3. El cometa



Dicen que pasa cada 76 años. En 1910 muchos creyeron ver en su visita el fin del mundo. Pero en 1986 los planetas se había alineado de tal forma que en Argentina gobernaba la UCR (al igual que en la provincia de Buenos Aires), River salía campeón de todo lo posible y nosotros ganábamos el viaje de egresados en Feliz Domingo cuando todavía había que responder preguntas. Para muchos, era nuestro primer viaje largo (al que se sumaría el que ya habíamos pagado, desagio mediante). Nuestro curso era de 61 chicos (11 pibes, el resto chicas). No entrábamos en un solo micro y algunos tuvieron que resignar ir en otro con otro curso. El primer problema surgió con los padres acompañantes (no vamos a decir acá como se resolvió). La cosa es que una mañana de abril ya estábamos en los micros de Centur que nos pasaron a buscar por la entonces puerta de Ramón Falcón (Hoy Director Vidal). El viaje transcurrió, en principio, sin ningún problema de arranque.
Eso hasta la noche. A mitad de camino, probablemente en La Pampa o entrando a Neuquén, uno de los micros que nos vendieron como nuevos pincho una llanta. Las llantas de los micros son grandes, no es cambiar una rueda común. Además, los amigos choferes (a esta altura ya eran amigos) no tenían la menor idea (o eso nos parecía a nosotros). No había mucho para hacer, salvo esperar que alguien se diera maña para cambiar semejante rueda. Y así pasaba el tiempo.
La seguridad, bien gracias. Todos abajo, en la banquina, boludeando y mirando el cielo. No hacía frío (íbamos a ser los únicos egresados en Bariloche, abril es la fecha que los hoteles hacen mantenimiento). Hasta ese momento, el tema del cometa era habitual en todas las casas. Pero era como los Sea Monkys, existir existían pero nadie los había visto. Con el cometa lo mismo. Uno dijo que en el medio del campo se tenía que ver. Otro, Pablo, había leído que si se identificaba la Cruz del Sur, se marcaba con los dedos pulgar e índice su vertical y se trasladaba dicha distancia tres veces hacia el sur desde el final de dicha constelación, veríamos el cometa. Y en ese momento pasó a ser el líder y el centro de tamaño experimento y observación. Todos creímos verlo y expresábamos “PSSSSiiiiiii, ahí está!!!, no lo ves bolú????. Nunca supimos si sería de veras el Cometa o una estrella que andaba por ahí. Pero a mis hijos, cuando esté por pasar de nuevo en el 2062 (y vengan con sus nietos a visitarme al geriátrico) les voy a contar que gracias al Bardo, en el 86 yo vi al Cometa Halley.

miércoles, 21 de mayo de 2014

El problema de Sanz



Si las elecciones PASO fuesen hoy, votaría a Ernesto Sanz. Si este ganase dicha previa, lo votaría también en la general. Lo mismo si el candidato termina presentándose (nada indica lo contrario por el momento) en 2015. Entonces ¿cuál es el problema?
Es sencillo, en su fortaleza, ser el Presidente de la UCR, recae su propia debilidad. ¿Cómo es esto? Hagamos un poco de historia.
En 1945, Perón no tenía partido pero tenía votos. Del otro lado, los partidos formales y conocidos hasta entonces se juntaron para sumar sus votos y hacer frente al candidato nuevo. La historia es conocida, por poco, pero Perón ganó esas elecciones.
En 1958 Frondizi tenía prestigio y votos, pero no controlaba su partido. Rompió el mismo, sumo votos de Perón a cambio de una promesa que sabía no podía cumplir, y ganó las elecciones.
En 1963, Balbín temía una jugada similar de Perón, y dejó que corra otro candidato, que al final terminó ganando las elecciones.
En 1973 la historia es trágicamente conocida. Los partidos no importaban. De hecho la fórmula de los partidos hubiese sido, lógicamente, Perón-Balbín. Pero primaron las fórmulas incorrectas, primero Cámpora-Solano Lima (¿cuántos votos hubiesen juntado de no mediar el sabio dedo de Perón?) o la más loca, pero al final de cuentas, la ganadora, Perón-Perón.
En 1983, Alfonsín apeló primero al electorado externo a la UCR para ganar la conducción partidaria. Uno de sus consignas fue “Afíliese para que gane Alfonsín”, no era “Hágase radical”, no importaba la cuestión ideológica. De ahí que a la postre ganase con una coalición electoral de centro derecha.
En 1989, Menem destrozó en la interna al candidato formal del PJ, Antonio Cafiero (que a esta altura ya sumaba más frustraciones que Lula y De La Sota juntos). Recordemos que Cafiero previamente, en 1985, había roto lanzas con el peronismo oficial para salir segundo en la elección de diputados nacionales de ese año, cuando todavía imperaba el tornado alfonsinista.
En 1999 De La Rúa se convierte en candidato de la Alianza después de haberse alejado sistemáticamente de su partido desde 1993, cuando entendió que victimizarse ante el electorado porteño le daría buenos réditos (detalle que haya sido candidato de la UCR en todos esos años, cuanto más chico figurase el escudo partidario en los afiches, mejor).
En 2003, Menem, Rodríguez Saá y Kirchner por el PJ, fueron todos candidatos extrapartidarios. Lo mismo López Murphy y Carrió. Todos ellos dieron la espalda a sus partidos y entre todos sumaron más del 90% de los votos.
En 2007, “Cristina, Cobos y vos” ganaron la elección a los candidatos partidarios amalgamados del PJ y la UCR (la fórmula Lavagna-Morales representaba cabalmente esos espacios).
Podrán decir que mi enumeración es subjetiva. Lo es. Pero quiero llegar a un punto.
Sanz se ocupó los últimos cuatro años de contener a la UCR. Lo hizo muy bien. Relanzó el sello partidario y construyó la recientemente presentada FA-UNEN.
Pero ese que es su triunfo, es su debilidad.
La sociedad puede estar dispuesta a votar a UNEN, pero aún no se reconcilió con la UCR. Entonces ¿Por qué insistir por ese lado? Ya sirvió como instrumento para cohesionar a la dirigencia. Es hora de dar el salto (salir del llano, creo haber leído en un artículo por estos días). Cómo hacerlo es la cuestión a resolver.
Una solución podría ser renunciar a la conducción partidaria. Argumentando sinceramente que es un cinturón que aprieta y no permite generar volumen electoral. Los dirigentes medios que se hayan sumado en el camino serían los principales beneficiados, ya que ellos recogerían frutos (y cargos) al momento de la verdad, es decir, el día de las elecciones.
Dejar de ir a TN. Es hora de concurrir a los programas que mira la gente. Aunque no nos guste, esos programas son Showmatch, Animales Sueltos, Almorzando con Mirtha, Susana o Intratables. No solo por audiencia, sino también porque son los que generan repercusiones en las redes sociales. Para quienes critican a Tinelli o Lanata y sus imitadores, nunca olviden que el primero en ir al programa de Sapag fue el mismísimo Alfonsín (que también, como índica Oscar Muiño en su biografía, fue al programa de Tinelli).
El día del debut de Tinelli (o un día después) Facundo Manes fue a la entrevista de Animales Sueltos, el raiting de esa noche no superó los dos puntos (unas doscientas mil personas), pero tuvo repercusión en twitter (como dato individual, en uno de mis cursos, el de edición de libros, las siete personas que asisten habían visto dicha entrevista y comentaron lo bien que les había caído el [potencial] candidato a gobernador).
Que quiero decir con esto, se está acertando en instalar de a poco un candidato a la gobernación de Buenos Aires, pero se falla en instalar un candidato a presidente, cuándo debería ser al revés.
Somos un partido laico (aunque cuasi una religión en sí mismo), pero si el Rector de la UBA rompió prejuicios y se juntó con el Papa ¿no es hora de dar también ese paso? Es una foto que probablemente Massa no obtenga. Hacer el intento, al menos. Hasta Luis Ventura consiguió esa foto.
A quienes nos gusta Sanz, tal vez veamos en dicho candidato a Jed Barlet (el genial presidente de The West Wing). Pero no nos olvidemos que cuando Martín Sheen hizo campaña real para el demócrata Howard Dean, lo terminó opacando hasta ser finalmente derrotado por Kerry, lo que terminó dando como resultado, cuatro años más de Bush en la Casa Blanca.
Tenemos que renunciar entonces a un candidato diferente para este electorado. Yo creo que no. Lo que hay que hacer es convertirlo más en un Martin Sheen (un actor súper popular, que se humaniza en el contraste con su hijo) que en un Jed Barlet (tan solo un personaje de ficción).