(Este post fue columna en Radio UBA, en 2012).
Esta columna es distinta, es un decálogo para futuros
autores. Hoy queremos brindar un servicio a todos aquellos que quieran
dedicarse al mundo de la literatura en un género exitoso: Los libros de autoayuda.
Hay libros de autoayuda para todos los gustos, para personas
que están pasando por momentos negativos y para personas claramente positivas,
incluso para aquellos que siempre son positivos….., si, esos que nunca nos
bancamos. También hay libros de este estilo para gerentes…., bueno, casi todos
los libros que intentan reflejar como ser exitoso en una empresa (o hacerse
rico en cinco minutos) son en definitiva lo que llamaremos libros de autoayuda
para gerentes.
Pero no nos vayamos por las ramas. Vamos a este decálogo, o
en realidad este ayuda memoria para hacer mejor su vida.
- Lo ideal es que ud. haya pasado por una situación límite, una enfermedad incurable que se curó milagrosamente. O una no tan incurable pero a la que le dio batalla. Mejor aún es haber sobrevivido a una tragedia (no vale usar el avión que se cayó o quedar enterrado en una mina (eso ya lo usaron, exitosamente….).
- Hable con palabras sencillas, muuuuy sencillas. La idea no es convertirse en el próximo Nobel de literatura, sinó hacer mucha plata con los derechos de autor.
- Plagie….., otros ya lo hicieron y nadie les reprochó nada. Con ello puede llegar a completar un par de capítulos de su libro.
- Junte un par de fábulas populares, una vez que las tenga, adelante, hagales un giro literario, simule profundidad en lo que cuenta, diga que son historias reales y con eso ya cubrió otro par de capítulos del libro.
- Cuente un par de historias personales. Sobre todo alguna que tenga que ver con la perdida en un desierto (vale algún medano de Pinamar o Villa Gesell), o el ascenso a una montaña. Ahora que lo pensamos bien, el ascenso a la montaña es ideal. En seguida, si su lector es una persona religiosa, lo va a asociar al camino de Jesús en el desierto, o a Moises buscando las tablas sagradas o a Mahoma camino a la Meca. Si el lector no es creyente, simplemente lo asociará al sacrificio de caminar y caminar y caminar, o ascender, ascender y ascender.
- Ayuda, y mucho, agregar un par de dibujos. Pero ojo, el secreto es que sean dibujos sencillos, de trazo fino, ambiguos a la vez, y por sobre todas las cosas, que se puedan autoadjudicar al autor del libro.
- En todo momento refleje optimismo, incluso cuando esté contando sobre el momento en que se encontró atrapado en el fondo del mar (ya que no podemos usar el avión o la mina, usemos el barco que se hundió, al estilo Poseidón), en una bolsa de aire que se formó en la tercera cubierta del Crucero, durante días comiendo peces crudos por ud. pescados con la mano (nadie va a saber que en realidad justo estaba en la cocina del barco y sobrevivió gracias a que había comida en la heladera). Hasta en ese momento, poco antes que lo rescataran los buzos, Ud. fue optimista. Eso es lo importante, reflejar el optimismo.
- También es bueno si en el medio de su historia ud. encuentra sin querer, y de improviso, el amor. El amor genuino, puro, asexuado. Con ese tema ya tenemos otro capítulo dentro. No olvide dedicar el libre a ese o esa persona que le permitirá redimirse en el ámbito amoroso.
- Cuente alguna historia que tenga que ver con abrir multiples puertas que se le presentan ante ud. Describa la secuencia como si estuviese en un gran salón y lo rodean decenas de puertas y tiene que elegir una, esa que lo llevará por la senda de la felicidad. Sea lo suficientemente metafórico en ese sentido, ya que según la puerta que abra, su lector se sentirá reflejado en la lectura. Esa es la clave, que el lector se identifique con lo que lee.
- Termine el libro con alguna frase lo suficientemente ambigua como para que todos se sientan reflejados en la misma, que todos digan esto es lo que me pasó a mi. Pero a la vez, siembre interrogantes, no se olvide que los mismos son el disparador para el próximo libro de autoayuda que escribirá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario